Sentado en la arena puedo escuchar como el mar canta, simplemente, sobre una melodía que no conocía aún, le hago preguntas y escucho las respuestas.
Cosas maravillosas me pasan por la memoria y me llegan al corazón, como cuando se esta a punto de desbordar.
De pequeño me gustaban los cuentos de hadas y soñaba con vivir en ese mundo mágico donde cualquier cosa, por imposible que sea, puede pasar.
No hay que tomarse nunca a la ligera los cuentos de hadas. Me han enseñado a comprender y respetar muchas cosas y me han ayudado, cuando lo he necesitado, a volver a encontrar el tiempo de todos los comienzos, cuando todo es sencillo*.
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