6 de septiembre de 2010

Un día duro en la oficina

Hay algunos días que empiezan con el despertador sonando una, dos y hasta tres veces, al final te levantas y vas a remolque, esperando que sea un día tranquilo y que el jefe no te agobie demasiado.
Justo en el momento de entrar en la oficina te das cuenta que la gente esta poseída, llevan papeles arriba y abajo y una montaña de ellos, mas grande que de costumbre, te espera en tu mesa.

Parece que hoy va a ser un día durillo.

Mejor que esta montañita la deje por la espalda...

BUUUUFFFF que se me acumula el trabajo...

Ahí le doy con el tampón y paso a por otro papelito...

El amigo Olivier que me echa un cable...

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