Hay varios factores que pueden hacer que una ola sea buena para surfear o se convierta en una castaña. Así que podemos definir varios tipos de olas:
A: La ola perfecta: viento muy suave de lado a las olas, que simplemente las ordena al romper.
La forma de las olas acercándose al pico será la de líneas paralelas, bien separadas, que se ven claramente desde gran distancia y cada ola será un todo.
B: La ola más castaña posible: Supongamos que te has desplazado a un sitio solo pensando en surfear. Es muy habitual que obsesionados con coger lo que sea, nos dediquemos a dar vueltas inútilmente con el coche buscando un pico decente para surfear.
Al final solo logramos agravar el cambio climático, vaciar el tanque de combustible y borrarnos la raya del culo de tanto estar sentados en el coche... Para evitar esto hay que saber reconocer que "HOY NO HAY OLAS".
Con que A y B, ¿no?:
A: En cualquiera de los dos casos, lo mismo te digo una cosa que te digo la otra. Y...
B: ¡cuidado no te venga la C!
25 de agosto de 2011
24 de agosto de 2011
Siguiendo al Man de Camelle
En 1962 llegó a Camelle Manfred Gnädinger, llevaba traje y corbata, y solía asistir a misa.
Al cabo de unos años había cambiado el traje por un taparrabos que llevaría hasta el fin de sus días y se trasladó a un pedazo de tierra al lado del puerto.
"He venido aquí y he construido esto para crear mi propio mundo. Estaba buscando un lugar para estar solo", decía.
Se convirtió en un ermitaño, y construyó un jardín de esculturas que fue una popular atracción turística, le llamaron el Museo del alemán.
Pedía a los visitantes que le hicieran un dibujo, decía que era una forma de relacionarse ya que en cada papel quedaba el alma de cada uno, luego construiría un rascacielos con todos ellos.
Su jardín fue dañado enormemente por el derrame de petróleo que golpeó la costa en 2002, y pocos meses después fue encontrado muerto en su cabaña.
Los lugareños dicen que el hombre murió de tristeza al ver que el petróleo revistía sus esculturas, hechas de piedras, trozos de madera, esqueletos de animales y otros elementos arrojados por el mar.
No se si es su espíritu que sigue merodeando por esos lugares pero todos los que por allí estuvimos tenemos la sensación de que este lugar nos llamaba y nos invitaba a quedarnos para siempre...
Al cabo de unos años había cambiado el traje por un taparrabos que llevaría hasta el fin de sus días y se trasladó a un pedazo de tierra al lado del puerto.
"He venido aquí y he construido esto para crear mi propio mundo. Estaba buscando un lugar para estar solo", decía.
Se convirtió en un ermitaño, y construyó un jardín de esculturas que fue una popular atracción turística, le llamaron el Museo del alemán.
Pedía a los visitantes que le hicieran un dibujo, decía que era una forma de relacionarse ya que en cada papel quedaba el alma de cada uno, luego construiría un rascacielos con todos ellos.
Su jardín fue dañado enormemente por el derrame de petróleo que golpeó la costa en 2002, y pocos meses después fue encontrado muerto en su cabaña.
Los lugareños dicen que el hombre murió de tristeza al ver que el petróleo revistía sus esculturas, hechas de piedras, trozos de madera, esqueletos de animales y otros elementos arrojados por el mar.
No se si es su espíritu que sigue merodeando por esos lugares pero todos los que por allí estuvimos tenemos la sensación de que este lugar nos llamaba y nos invitaba a quedarnos para siempre...
22 de agosto de 2011
¿Cumbre o caja?
Me encanta el campo de batalla, pero odio esta clase de misiones... no sabía muy bien cómo había acabado ahí, en ese páramo desolado del Viejo Mundo.
Me habían dicho que comandara a la caballería contra un enemigo casi tan poderoso como el mismísimo demonio, al menos eso decían las predicciones de las brujas, y yo no creo en esas cosas, pero siempre es mejor prevenir que lamentarse. El plan es bueno, atacar antes de ser atacados.
Pero la parte del plan donde debía atacar por la retaguardia me convencía más bien poco, ¿cómo atacar a un enemigo que no siente miedo ni hambre ni desesperación?
Los rugidos resonaron por el campo de batalla avisando que el enemigo avanzaba. Una serie grande comenzaba a llegar hacia mí con paso lento pero incansable. Bien, ¡que comience el baile! ¡Adelante!
Las órdenes son simples: atacar y sobrevivir hasta que los enemigos hayan caído luego regresar al hogar. El dolor es temporal, el honor es para siempre, tú decides: ¿cumbre o caja?
Me habían dicho que comandara a la caballería contra un enemigo casi tan poderoso como el mismísimo demonio, al menos eso decían las predicciones de las brujas, y yo no creo en esas cosas, pero siempre es mejor prevenir que lamentarse. El plan es bueno, atacar antes de ser atacados.
Pero la parte del plan donde debía atacar por la retaguardia me convencía más bien poco, ¿cómo atacar a un enemigo que no siente miedo ni hambre ni desesperación?
Los rugidos resonaron por el campo de batalla avisando que el enemigo avanzaba. Una serie grande comenzaba a llegar hacia mí con paso lento pero incansable. Bien, ¡que comience el baile! ¡Adelante!
Las órdenes son simples: atacar y sobrevivir hasta que los enemigos hayan caído luego regresar al hogar. El dolor es temporal, el honor es para siempre, tú decides: ¿cumbre o caja?
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